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Aspecto general de la Eco-aldea
Meses atrás alrededor de quince personas pertenecientes al movimiento ambientalista de Guayaquil fuimos cordialmente invitados por José Delgado a realizar un recorrido de turismo comunitario en la Isla Santay. Las siguientes son algunas de las impresiones, recomendaciones y sugerencias de uno de los visitantes e intérprete ambiental, Pier Luiggi Maquilón.


La salida fué desde el muelle del Yatch Club en el Malecòn Simòn Bolívar en Guayaquil, luego de un corto viaje de cerca de 20 minutos que se realiza en una embarcación donada por el MIES para las operaciones turísticas del Comite Turìstico de Santay, los invitados llegaron a la isla, uno de los más grandes pulmones que tiene la ciudad más poblada del paìs y que està incluído como Humedal de importancia internacional (RAMSAR).

La temática de la visita bajo esta modalidad se centra en la visita a la Ecoaldea de Santay donde se muestra el contraste entre su modus vivendi actual con el que tenían antes. Es notorio el espìritu de superación que embarga a los pobladores hoy inmersos en esta actividad por encontrar otras formas de ganarse la vida, lo que marca el proceso social que se ha venido dando. Ellos, (hoy guías turísticos) explicaban sus costumbres. Actualmente, la modalidad de la visita es la de turismo comunitario, y aunque por el momento el fuerte no es el de turismo de naturaleza, es la opciòn que más interès tiene entre los ofertantes y los posibles turistas.

Ya en la isla, el recorrido empezó en una glorieta cerca al muelle, donde se hizo una descripción de la isla , y enumerando algunos de los lugares que luego se visitarían como la casa comunal (donde una fundación cristiana estaba dando clases a niños de la isla), recorriendo «el barrio» y a una de las casas ecológicas.

El camino a seguir, por parte de los dos grupos que fueron guiados por Don Jacinto (experto en aves) y su hijo, fue por un entablado que conecta todas las 56 casas de la aldea; es notorio el cuidado y mantenimiento que se les dá a dichos tablones. Tanto el camino como las casas se encuentran elevadas un par de metros del suelo.

Según Don Jacinto «esto es un gran alivio para los moradores de la isla, pues evitan caminar en el lodo y están lejos del azote de los mosquitos». Desde su punto de vista, el haber juntado a la población, que antes se encontraba dispersa por toda la isla, ha logrado una mayor integración entre ellos. Los habitantes intentan reunirse todas las semanas en la casa comunal, donde tratan temas de importancia para esta isla que hoy en día pertenece al cantón Durán. 

En la ecoaldea es posible observar luminarias y casas electrificadas con paneles solares, hechas con madera de chanul importada de Chile y tratada para evitar incendios. Al ingresar a una de las casas, se explicó a breves rasgos el funcionamiento de la misma, aunque al momento, los paneles sólo dan suficiente potencia como para encender las luces y quizás una radio pequeña, ya han tenido conversaciones con el MAE y van a realizar cambios en el sistema para aumentar su generación. El empleo de generadores a gasolina (ampliamente usados en el pasado) está prohibido. Esperan también en el corto plazo y por autogestión, instalar un sistema de bombeo de agua y así utilizar el sistema de tuberías que ya está instalado.

Los pobladores de la isla Santay se dedicaban en su mayoría a la pesca, incluso hoy los productos de esta actividad los llevan «rìo arriba» para realizar trueque con otros, especialmente con personas de la sierra. 

Hoy en día buscan abrirse paso dentro del turismo comunitario; a pesar de que tuvieron una experiencia terrible con el turismo, cuando la isla era administrada por la Fundación Malecón 2000, pues los guías recibían $ 0,15 por turista. «Ahora recibimos algo más, se podría considerar apropiado, por lo menos, para ganar algo haciendo turismo» manifestó nuestro guía.

Después de recorrer la aldea, llegó la hora de servirse el almuerzo, el cual es celebrado en el comedor, que antes era la escuela de la isla, finalizada la pausa comienza el recorrido hacia la Lagartera, (es posible alquilar botas de caucho a $ 0,25) por una ruta en medio del fango, con especial cuidado de no pisar a los cangrejos violinistas que son abundantes, hasta el lugar donde tienen en cautiverio a varios individuos de cocodrilos de la costa.

Durante el regreso al comedor y durante gran parte del recorrido estuvo presente en la mente de guías y visitantes el Sr. José Delgado, pues a decir de don Jacinto «es mucho lo que él ha hecho por la isla y sus moradores». 

Entre algunas de las sugerencias para implementar en los recorridos se podrían anotar: realizar una demostración de las técnicas de pesca empleadas por los Santeños y de los instrumentos utilizados.

También, para reforzar el concepto de EcoAldea, se podrían implementar técnicas de permacultura como los realizados en Río Muchacho (Manabí) o Playa Rosada, (Sta Elena), donde se enseñan técnicas de Permacultura.

Dado el buen nivel de consevación de la isla, no se debe dejar de lado el turismo de naturaleza. Se podría habilitar un sendero en partes no inundables para su recorrido, para la interpretación natural y la observación de aves. Se podría rodear la isla para explicar acerca del manglar, como se hace en Puerto Hondo. Muy pronto se habilitará un mirador y en época seca es posible acampar. Además eventos específicos y muy peculiares a lo largo del año (migración de especies, rituales de apareamiento y anidación).

Para visitas y recorridos:

  • Byron Dominguez 094325384 (sra. Marilú, mamá de Byron) soydesantay@hotmail.com
  • Raquel Rodriguez 069150844
  • Valentin Dominguez 086547034
  • Zany Alvarado Pazmiño (Relacionista) de Empresa Pública de Parques Naturales y Espacios Públicos, EP. zanyalvarado@hotmail.com 4 87102272
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